lunes, 23 de junio de 2014

Suárez y el gallego Ferreira

Mundial 2014: Luis Suárez y Uruguay lloran gracias al «gallego» Walter Ferreira

 

El delantero uruguayo dedicó sus goles a Inglaterra al veterano kinesiólogo, quien le trató pese a sufrir cáncer

 
Diario La Voz de Galicia
Luis Suárez dejó una de las imágenes por las que el Mundial de Brasil será recordada. Tras marcar ante Inglaterra, se le acercó un hombre canoso con un bidón de agua para aliviar su sed. El delantero ignoró la bebida y le dio al anciano un abrazo del oso que casi le descoyunta. Luis Suárez señaló la cabeza del empleado de la selección uruguayo, atrapada entre su brazo y el torso. Luego llegarían las lágrimas.
El hombre que recibió el efusivo abrazo de Luis Suárez es el «gallego» Walter Ferreira, empleado desde hace años del Nacional de Montevideo (históricamente, el equipo de los gallegos en Uruguay), kinesiólogo y recuperador de jugadores desde hace tiempo. La historia detrás del abrazo es la siguiente: Ferreira fue requerido por Suárez para la vertiginosa recuperación a tiempo para el Mundial; el veterano fisioterapeuta sólo tenía una pega: estaba a tratamiento de un cáncer con sesiones de quimioterapia. Tras la operación hace apenas un mes, conducida por los médicos Luis Francescoli y Alberto Pan, Luis Suárez usaba muletas hasta que Walter Ferreira le dijo: «Dejá las muletas y ponete a caminar».
Las lágrimas de Luis Suárez por todo lo vivido y por Walter Ferreira tienen su origen en la relación con su recuperador. «Yo no podía acudir al complejo (donde estaba Suárez recuperándose) y él vino a mi casa. Eso lo agradeceré toda mi vida», dijo un muy emocionado Ferreira en la radio Pasión Tricolor (dedicada a seguidores de Nacional). Luis Suárez le pidió que le acompañara a Brasil y para lleo Walter decidió interrumpir su tratamiento de cáncer.
El Monje Gris
«No me gusta hablar mucho. La vida es así, a seguir luchando. Yo soy el más agradecido, al cuerpo técnico por darme la confianza de que me lo mandaran. Agradezo a Luis y su familia, a la mía, la ilusíon que pusieron. No lo voy a olvidar nunca», explicó Walter Ferreira (que hace un año perdio a un hijo en un accidente de tráfico) sobre la emoción de un momento que se ha convertido en todo un icono en Uruguay.
Ferreira, conocido como el Monje Gris en el fútbol uruguayo, llegó a Nacional por primera vez en 1980. Ya no se fue. Cuando Passarella dirigió a la selección charrúa, también pasó a tratar a jugadores de la celeste. «Trabajé muchos años para montar mi propia clínica y hubo momentos difíciles, en los que no cobramos por seis meses, pero salí adelante, porque mi trabajo lo forjé yo, con mis propias manos. Atendiendo a las tres de la mañana, si era necesario. Soy un agradecido a todos los médicos de Nacional que me dieron una mano», dijo en una entrevista el diario uruguayo El Observador en el 2009.
«Este triunfo es de él, de Walter, en más de un 90 %. Si no fuera por él, yo no estaría jugando aquí en Brasil. Lloré mucho por él porque sé todo lo que ha sufrido, se ha sacrificado y se ha arriesgado para conseguir que yo cumpla el sueño de competir en el Mundial», destacó Luis Suárez. Sus lágrimas fueron las de todo Uruguay.

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